Y un día se despertó, nadie a su lado.
Recordó gritos en la noche. Gritos que no recordaba que decían. Recodaba que eran de su propia voz. Su voz que gritaba cosas sin sentido. Su voz enojada gritando y recordando momentos que nunca fueron. Momentos que comenzo a recordar que eran inventados por su propia voz. Y también recordó otra voz. Otra voz sumisa que negaba todo lo que le decían. Con miedo aquella voz, suave y cual cuchicheo la voz. Se iba apagando, bajo sus gritos se apagaba la voz sumisa. Hasta que la voz, la voz de la negación, se dejó de escuchar por completo.
Y se quedó dormido y al otro día se despertó sólo.
Sin recordar bien por qué.
Querida amiga, las voces que nos hablan cuando estamos solos, son el recuerdo de los silencios, por eso no recordamos el por qué. Tus letras son increíbles. Un gran beso. Ignacio.
ResponderEliminarTodos los sueños son un mundo. Y tu mundo está plagado de hermosos sueños.
ResponderEliminarA veces, en los sueños, somos nosotros mismos los que gritamos verdades... Verdades que en la propia realidad no seríamos capaces ni siquiera de susurrar.
Besos.
voces y mas voces!
ResponderEliminarre: al fin y al cabo hacer papas fritas y contarse secretos son unas cosas como de mi estilo, porque se la pasa bien luego de todo :)
re: jajaj... puede ser que por una parte tengas razón... pero no sé si tenes razon en que la mina no tenga en cuenta el esfuerzo que hace cada uno durante la otra mitad del año, pero bueh.
ResponderEliminaral fin y al cabo perfiero tres mil veces seguidas tus recorridos de colectivo, subte y tren, antes que la desepcion :P