martes, 15 de abril de 2014

dos antes de despertar.

Ella dormía. El la observaba. Pero él no sabía que ella miraba y sonreía.
Cree que extraña. Es extraña. Muy extraña. Y lo extraña. Pero no puede decir nada. Las verdades se sienten cálidas entre tanta sábana revuelta. Prefiere el calor del acolchado. Prefiere el calor de los brazos. Se duerme con una caricia en la espalda. Se despierta con los ojos cerrados. Mejor dormir. Dos horas más, sólo dos.
Suena el teléfono. 
- Hola ... No ... Ahora no ... vamos ... Claro ... Mañana ... Chau -
La observa y la ve en los sueños. No quiere hacer ruido. Prende un cigarrillo y acerca el cenicero. La observa, le mira la espalda... Hermosa su espalda. Exhala. No puede creerlo. 
Se consume el cigarrillo sin ser fumado. Anonadado entre el silencio y las sonrisas. Duerme. Se despierta y se hace la dormida girando la cabeza tímida. Solo un minuto más. Sólo dos minutos. No quiere. Se resiste. Un beso. 

miércoles, 17 de abril de 2013

maquillaje

El sonido del agua caer sobre el piso la suele relajar. El vapor que brota de los lados de la cortina, la hace imaginar canciones de esas que Mía dice que "son sólo ruido". Hace días, semanas, meses, que no sabe nada de ella. La ve todos los días salir temprano de la casa y la oye volver muy tarde, cuando ya ella duerme. Siempre riéndose. Siempre haciendo ruido, esperando que se levante de la cama a gritarle y pelearse nuevamente por lo mismo. 
Lara sabe lo que pasa y no quiere decir nada. Sabe que mantienen los mismo recuerdos guardados y hasta los mismo miedos. Mía es fuerte, aparenta serlo. Demuestra serlo con cada uno de esos hombres con los que pretende ser feliz por una noche. Lara se sienta en la cama a pensar, hasta llorar a veces. Sino, se da una de esas duchas de vapor que tanto le encantan.
Mía entra al abaño y apaga la música. Por primera vez en meses se encontraban en la misma habitación. Lara oye como Mía limpia el espejo con la toalla. Ese sonido agudo chirriante que tanto la estresa. Se asoma por la cortina y la ve. Lo más calma se delinea los ojos de usual color negro. Una remera escotada, como antaño, unos zapatos de taco y unas medias rotas. La desconoció por un instante, sintió pena, en el fondo. Mía la miró y le pasó la toalla. Lara se envolvió en ella. A Mía le temblaba la mano por alguna razón que Lara, en su inocencia, no entendía.- Te vas a lastimar. Le dijo. - Más? Lara no supo que decir. Mía sólo buscaba una excusa para discutir.

martes, 16 de abril de 2013

pan - queso


Caminaba jugando a no caerse del cordón de la vereda. Los brazos extendidos, una leve sonrisa casi invisible. Ojos un poco tristes y otro poco pícaros. Un pie delante del otro, pegadito, sin espacio entre ellos. Zapatillas de cuero blancas con una linitas de color azul, un jean gastado con un agujero en la rodilla. Una remera color blanca, un poco (o bastante) sucia. Sin mangas, deja ver entre su hombro una pequeña mariposa, casi invisible para ojos ingenuos. Cuello largo, sin ningún adorno. Orejas simétricas, un único aro del lado izquierdo. El pelo recogido en una cola de caballo, algunos mechones le caen sobre cara mientras mira el piso. Flequillo que ya está largo; levanta la cabeza y le tapa los ojos. Se pone la mano en la frente para poder mirar, el sol le da en la cara. Una persona se le acerca y la empuja. Ella se sorprende al verlo. Se vuelve a levantar y sigue caminando y él vuelve a empujarla, ella toma su mano y lo sujeta. Bien fuerte. El se sorprende, trata de zafarse, se asusta. Trata de correr. Ella no lo suelta. Se da vuelta y sin soltarlo comienza a caminar. Él detrás, con miedo, sin saber bien qué hacer.
Un pie adelante del otro. Sin separación alguna, con la mano sin mano hace equilibrio extendida en el aire. Medio que se caen, medio que se mantienen en pie. (como un pan - queso de una única persona)

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