miércoles, 17 de abril de 2013

maquillaje

El sonido del agua caer sobre el piso la suele relajar. El vapor que brota de los lados de la cortina, la hace imaginar canciones de esas que Mía dice que "son sólo ruido". Hace días, semanas, meses, que no sabe nada de ella. La ve todos los días salir temprano de la casa y la oye volver muy tarde, cuando ya ella duerme. Siempre riéndose. Siempre haciendo ruido, esperando que se levante de la cama a gritarle y pelearse nuevamente por lo mismo. 
Lara sabe lo que pasa y no quiere decir nada. Sabe que mantienen los mismo recuerdos guardados y hasta los mismo miedos. Mía es fuerte, aparenta serlo. Demuestra serlo con cada uno de esos hombres con los que pretende ser feliz por una noche. Lara se sienta en la cama a pensar, hasta llorar a veces. Sino, se da una de esas duchas de vapor que tanto le encantan.
Mía entra al abaño y apaga la música. Por primera vez en meses se encontraban en la misma habitación. Lara oye como Mía limpia el espejo con la toalla. Ese sonido agudo chirriante que tanto la estresa. Se asoma por la cortina y la ve. Lo más calma se delinea los ojos de usual color negro. Una remera escotada, como antaño, unos zapatos de taco y unas medias rotas. La desconoció por un instante, sintió pena, en el fondo. Mía la miró y le pasó la toalla. Lara se envolvió en ella. A Mía le temblaba la mano por alguna razón que Lara, en su inocencia, no entendía.- Te vas a lastimar. Le dijo. - Más? Lara no supo que decir. Mía sólo buscaba una excusa para discutir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Buscame...