jueves, 13 de mayo de 2010

no son buenas noticias (parte III)

No recuerda bien la noche del miércoles. No recuerda nada anterior a despertarse en plena oscuridad. y ver la luz del pasillo prendida como de costumbre. Sus manos estaban helados. Su pelo, cómo siempre alborotado y sus mejillas heladas, al igual que la nariz. Era de esos días helados en donde los dedos se te quedan duros y uno no puede respirar.
Fue un segundo en dónde quiere volverse a dormir. Tenía colegio, eran las tres de la madrugada. Y lo oyó. Timbre. Su mamá que se despierta y ve su sombra en el pasillo. Se niega a abrir.Sus ojos no querían cerrarse, aunque su cabeza le decía que era mejor no enterarse de nada. Cerró los ojos. Fuerte, cómo cuando era chica. A ver si de esa forma no sentía lo que iba a pasar (en el fondo, muy allá en lo oscuro, todos sabemos que un timbre a las tres de la mañana no traen buenas noticias). Sonó el teléfono y se negó a escuchar. Se levantó ¿qué pasó mamá, quién es? "Anda a la cama". Su mamá cerró la puerta de la habitación y abrió la puerta. Ella nunca más se volvería a dormirse esa noche.
Se quedó espiando por entre la puerta. Un hombre que no recuerda bien la cara. Un hambre grande de traje negro y uno de esos sacos grandotes, si recuerda bien, de color marrón. Un pañuelo que imagina de un color morado. Su mamá no lo deja pasar más que la puerta. "¿Qué pasó?" El la hace pasar lentamente a la cocina. Comprensivamente. No sabe cómo. Va a la cocina, guiada por la duda, la desesperación el miedo (en el fondo ella también sabía que una persona a las tres de la mañana, nunca trae buenas noticias)

continúa...

1 comentario:

  1. ¡Wow! Me dejaste con la intriga de aquí a la China... ¡¡No puedo esperar a la continuación!!

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