jueves, 13 de mayo de 2010

final (parte IV)

Ella se reserva el nombre para ella misma. Prefiere que sea un relato así de cosas que han pasado que no quiere más que contar sin saber de quién se trata. Pero se sabe que ya en la cocina su mamá grita su nombre. Ella ya no estaba la pieza, estaba en el pasillo cada vez más curiosa. Quería saber qué había pasado. Esa parte si que no la recuerda. creo que se lo dicen. Creo que le dice y ella no lo cree. Recuerda que mira de frente a su mamá. La ve llorar. No lo cree. No llora. Es un mal sueño. No es verdad. Hace dos días nada más estaba en el auto con él. La llevaba al colegio. A la estación. Y le daba un beso. No era verdad. Se hizo la fuerte. lo extraño es que intentó llorar y no le salió. ¿quién era ese hombre para venir a decir esas cosas? Se fue a la pieza y su mamá le pidió que llame a sus tíos. Que vengan, que era un urgencia. Que ahora.
Que hubo un accidente. Que no respondió la marina argentina. Por que no llegó, por que nunca escuchó el llamado. Por lo que sea. Que estaba en Uruguay. Que tenían que traerlo. Que su mamá no quería dejarla Y ella se mantuvo fría y ajena diciendo: "no podemos salir del país somos menores, y necesitamos la autorización de papá, tenés que ir, mamám nosotras nos quedamos acá"
Y el hombre, el mensajero se fue. Dejandonos ahí esperando no se qué. O llego el tío antes. O la tía. Ya a partir de ahí se generan un par de lagunas bastante extrañas.Recuerdos de despertar a su hermana y que entre no creerlo y no entenderlo, tampoco llora. Recuerdos de no llantos y llantos que si tuvo. No recuerda si volvió a dormir cuando su mamá viajó a Uruguay. Que recuerda con quién estuvo. Que la extraño. Que quería que vuelva. El no poder creerlo. Comentarios de la gente.
Y un único pensamiento que es el día de hoy y no entiende. Es el día de hoy continua sin comprender. Siempre creyo en la magia. Se despertó unos minutos antes. Unos sgundos antes que parecieron minutos. Lara tiene esa amiga que le pasó algo muy similar pero distinto. Lo supo en el adiós, lo supo que era el último, por apenas una sonrisa. Como si ese segundo antes de que sonara el primer timbrazo ya estuviese diciendo "adiós, hija".

Fin

1 comentario:

  1. ¿Sabés algo? Nunca me gustan los adioses... prefiero que uno deje de verse sin darse cuenta...

    Pero nunca hay un FINAL.

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