domingo, 30 de mayo de 2010

lluvia

Cuando llueve a ella le gusta salir a cantar abajo de las gotas. Le gusta sentir cómo el agua acaricia su piel y cómo todo su cuerpo se eriza por el frio. Le encanta sentir sus labios empapados y su pelo que se le pega a los cachetes de la cara. Le divierten los charcos en el piso y verse reflejada de forma extraña en ellos. Sus manos tratando de secar el agua de sus ojos. Sus medias mojadas que hacen plap plap al caminar de vuelta a casa. Su boca seca de tanto reir. Su ropa chorreante y el apraguas seco.
Pero, en verdad, lo que a ella más le gusta es entrar en su casa, desvestirse frente a la estufa a leña y observar las sombras en el piso. La luz tenue que apenas deja entrever sus curvas. Su enmarañado pelo, atado en rodete desprolijo. Un libro en la mano, secandose los pies con una toalla.

jueves, 13 de mayo de 2010

final (parte IV)

Ella se reserva el nombre para ella misma. Prefiere que sea un relato así de cosas que han pasado que no quiere más que contar sin saber de quién se trata. Pero se sabe que ya en la cocina su mamá grita su nombre. Ella ya no estaba la pieza, estaba en el pasillo cada vez más curiosa. Quería saber qué había pasado. Esa parte si que no la recuerda. creo que se lo dicen. Creo que le dice y ella no lo cree. Recuerda que mira de frente a su mamá. La ve llorar. No lo cree. No llora. Es un mal sueño. No es verdad. Hace dos días nada más estaba en el auto con él. La llevaba al colegio. A la estación. Y le daba un beso. No era verdad. Se hizo la fuerte. lo extraño es que intentó llorar y no le salió. ¿quién era ese hombre para venir a decir esas cosas? Se fue a la pieza y su mamá le pidió que llame a sus tíos. Que vengan, que era un urgencia. Que ahora.
Que hubo un accidente. Que no respondió la marina argentina. Por que no llegó, por que nunca escuchó el llamado. Por lo que sea. Que estaba en Uruguay. Que tenían que traerlo. Que su mamá no quería dejarla Y ella se mantuvo fría y ajena diciendo: "no podemos salir del país somos menores, y necesitamos la autorización de papá, tenés que ir, mamám nosotras nos quedamos acá"
Y el hombre, el mensajero se fue. Dejandonos ahí esperando no se qué. O llego el tío antes. O la tía. Ya a partir de ahí se generan un par de lagunas bastante extrañas.Recuerdos de despertar a su hermana y que entre no creerlo y no entenderlo, tampoco llora. Recuerdos de no llantos y llantos que si tuvo. No recuerda si volvió a dormir cuando su mamá viajó a Uruguay. Que recuerda con quién estuvo. Que la extraño. Que quería que vuelva. El no poder creerlo. Comentarios de la gente.
Y un único pensamiento que es el día de hoy y no entiende. Es el día de hoy continua sin comprender. Siempre creyo en la magia. Se despertó unos minutos antes. Unos sgundos antes que parecieron minutos. Lara tiene esa amiga que le pasó algo muy similar pero distinto. Lo supo en el adiós, lo supo que era el último, por apenas una sonrisa. Como si ese segundo antes de que sonara el primer timbrazo ya estuviese diciendo "adiós, hija".

Fin

no son buenas noticias (parte III)

No recuerda bien la noche del miércoles. No recuerda nada anterior a despertarse en plena oscuridad. y ver la luz del pasillo prendida como de costumbre. Sus manos estaban helados. Su pelo, cómo siempre alborotado y sus mejillas heladas, al igual que la nariz. Era de esos días helados en donde los dedos se te quedan duros y uno no puede respirar.
Fue un segundo en dónde quiere volverse a dormir. Tenía colegio, eran las tres de la madrugada. Y lo oyó. Timbre. Su mamá que se despierta y ve su sombra en el pasillo. Se niega a abrir.Sus ojos no querían cerrarse, aunque su cabeza le decía que era mejor no enterarse de nada. Cerró los ojos. Fuerte, cómo cuando era chica. A ver si de esa forma no sentía lo que iba a pasar (en el fondo, muy allá en lo oscuro, todos sabemos que un timbre a las tres de la mañana no traen buenas noticias). Sonó el teléfono y se negó a escuchar. Se levantó ¿qué pasó mamá, quién es? "Anda a la cama". Su mamá cerró la puerta de la habitación y abrió la puerta. Ella nunca más se volvería a dormirse esa noche.
Se quedó espiando por entre la puerta. Un hombre que no recuerda bien la cara. Un hambre grande de traje negro y uno de esos sacos grandotes, si recuerda bien, de color marrón. Un pañuelo que imagina de un color morado. Su mamá no lo deja pasar más que la puerta. "¿Qué pasó?" El la hace pasar lentamente a la cocina. Comprensivamente. No sabe cómo. Va a la cocina, guiada por la duda, la desesperación el miedo (en el fondo ella también sabía que una persona a las tres de la mañana, nunca trae buenas noticias)

continúa...

miércoles, 12 de mayo de 2010

en el cuerpo (parte II)

Pasó hace unos años. Hara entre siete y ocho años. Verdaderamente, nunca va a recordar bien hace cuanto. Nunca. En un principio solía culparse por ello. Ahora, sólo comprende una cosa: "lo sabe, en el cuerpo" Cada vez que pasa un año más su cuerpo se encoje, un leve dolor en  el estómago. Sus defensas caen, sus ánimos se desbordan y su caracter su vuelve tan ácido. Contesta a quién se le acerque de mala manera. Muerde a aquel que se le oponga a sus caprichos. Se aisla del mundo. Y el jueves, en la madrugada. Todo se tranquiliza. Se vuelve tan tierna y suave como antaño. Como las demás semanas del año. Es un sema en donde todo ocurre y nada pasa.
Y no recuerda presisamente la fecha. Tampoco el año. Sólo un jueves de mayo. Lo percibe en su cuerpo.

continúa...

¿es magia? (parte I)

(cuatro partes escritas en una noche •  en donde ella intenta explicar algo, 
que por ahí, no tiene explicación)

Es una historia antigua, muy vieja ya. Pero no por ser antigua pierde su encanto. Pierde la magia. La magia no siempre es linda. En ese momento no sabía qué pensar. Si era buena, mala, linda o fea. O bien, ella sabía que no la estaba pasando para nada bien. Eso lo garantizaba. Podía sentir como la sangre latia fuerte en sus brazos, en su pecho, en sus piernas, en todo su cuerpo. Siempre tuvo algo de maga. Algo de magia. Algo de algo que ella no sabía, ni aún sabe, como llamar. 
Y esta es como la cuarta vez que relata la historia. Es que cada vez que la escribe le resulta menos verosimil e intenta encontrar algún tipo de pista en las letras que le den una explicación. Una razón, un vestigio de algo que le haga creer que la magia, aún, es linda...

continúa...

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