lunes, 26 de abril de 2010

escapar

Le dolian los pies al caminar. Le ardían. La arena estaba caliente. Jugo demasiado tiempo a hundir sus pies en ella, sin percatarse que se estaba quemando. Amaba la arena. Era algo más fuerte que ella. Era más fuerte que cualquier cosa que la rodeara. Era más que sólo arena. Hacía que su mente volara más lejos. Se olvidara de todo lo que fue. Todo lo que era. Para concentrarse en nada más que en la arena. En cada uno de los finos granos que palpaban su piel. Cada centimetro de su piel se metía bien adentro. Sin dudar. hacia circulos con el pie. Pateaba y la veía volar.
Su pelo se enredaba con el viento. Su mejor sonrisa en la cara. Le molestaban los pies. Se snetó entre un médano y el mar. Sus manos jugaban, la tomaba entre sus dedos y la dejaba caer. Despacio, como si de eso dependiera el pasar del tiempo. Como si de eso dependiese cuándo volver a la realidad. Su cuerpo oscilaba entre el caer y el mantenerse sentada. Sus ideas iban desde un punto lejano en el espacio hasta donde estaba ella. Imposibles de olvidar. Eran una espina clavada en lo más profundo del ser. Era una astilla que no pudo nunca sacar.
Se preguntaba qué pasaría entre sus brazos las proximas noche. Qué haría en el mar. Quién quería caminar con ella en la arena, quemandose los pies. Susurrando en el viento, un silbido.Apenas audibles. Se dió vuelta y estaba. Ataviada como de costumbre.  De guantes y escote pronunciado. Pelo castaño, levemente más enrulado que la última vez. Reluciente ante el sol. Agazapada, esperando atacar.
"No te olvidarás de mi..." silbaba el viento, mientras Lara se paraba y comenzaba a caminar...

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